“Bienaventurados los misericordiosos…”
La misericordia es una actitud divina en lo humano.
La misericordia es esa parte de Dios que se aloja en las entrañas de la persona, y sale a la luz cuanto más cercanos estemos a su presencia.
La misericordia es hacer la vista gorda, o disimular, ante la debilidad del otro. Esto lo hace Dios, a diario, con cada uno de nosotros. Dios es el eternamente misericordioso.
Esta actitud divina da un toque especial en las relaciones humanas, hace a las personas sentirse amadas, queridas y comprendidas.
La experiencia nos enseña que el amor, la ternura y la misericordia son los motores transformadores de la humanidad, son vías de cambio, vías de transformación porque desnudan el espíritu y transparentan a Dios.
Allá en el monte dijo Jesús: feliz aquel capaz de conmoverse ante la debilidad humana, de compartir la desdicha que genera, y de salir impulsado con actitud de ayuda.
Y continúa diciendo: “porque ellos alcanzarán misericordia”, porque se llenaran del amor, la ternura, la gracia, la clemencia y la misericordia de Dios.
Bienaventurados los misericordiosos, los compasivos, los que prestan ayuda, porque ellos recibirán, obtendrán y alcanzarán la misericordia. Amén.
Isa
Bachianas brasileiras no.5 Aria (Cantilena) [Heitor Villa-Lobos] (4:57) http://youtu.be/qDd-Yrn06iY