“Id por todo el mundo y proclamad
la Buena Nueva a toda la creación»
Marcos 16, 15
Cuando se ha vivido, se transmite con la presencia.
Dice el papa Francisco:
«No se puede anunciar el Evangelio de Jesús sin el testimonio concreto de la vida. Quien nos escucha y nos ve, debe poder leer en nuestros actos eso mismo que oye en nuestros labios, y dar gloria a Dios. Me viene ahora a la memoria un consejo que San Francisco de Asís daba a sus hermanos: predicad el Evangelio y, si fuese necesario, también con las palabras».
Dios nos enseña a transmitir lo que se tiene dentro. La creación es Su obra y Jesús Su voz. Dios inició su comunicación a través de su creación, sin palabras y sin voz que pueda oírse: plantas y animales, ríos y mares, hombres, mujeres y niños, vida y muerte, sol y sombras, la luna, los colores y las formas, la belleza, el agua y el viento.
Dios sigue hablando con la Palabra, y envió la Palabra al mundo y “La Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” Juan 1,9. Creación y Palabra juntas en la unidad.
Jesús es la Palabra hecha carne viva, su mensaje nos da la vida. La vida de Jesús es el Camino. Su Palabra es auténtica, es de Verdad, y eso nos da la Vida.
Isa