“Bienaventurados los limpios de corazón…”
Todos nacemos con un corazón. Gracias a él vivimos. El corazón late para darnos vida, bombea el oxígeno con fuerza hasta el último poro del cuerpo.
Jesús nos dice: Felices los que tienen un corazón limpio que desborda vida, y vida en abundancia. Felices aquellos que no permiten que se aloje el mal en sus entrañas, “porque verán a Dios”. Un corazón sin manchas transparenta, hacia dentro y hacia fuera, al Dios que llevamos dentro, y eso hace que además de dar la felicidad, permite ver a Dios, esperanza y deseo profundo de muchos.
Bienaventurados los limpios de corazón, porque ellos verán a Dios. Amén.
Isa
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