SOLITARIO

Después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Al atardecer estaba solo allí. Mateo 14, 23

 Jesús busca a menudo espacios de soledad para retirarse. Cierra y abre el día en lugares solitarios donde se mantiene en oración. Su vida  nos enseña que es bueno orar antes de empezar la actividad del día o después de ella, también ante la toma de una decisión o en momentos difíciles. La naturaleza, el monte, el desierto y más allá de la orilla del mar es donde Jesús  tomaba distancia.

En nuestro mundo hay muchos lugares solitarios, ya sean silenciosos o sonoros: la orilla del mar con el ritmo de sus olas; el campo silenciado por la nieve; el monte en primavera con los pájaros enamorándose; las riberas de los ríos ensordeciendo los oídos; la alameda en otoño con sus hojas chocando sin silencio. Hay otros lugares más frecuentes del día a día: la mesa de trabajo con papeles anotados y en la estantería un montón de recuerdos; el parque al amanecer; la cocina con sus aromas y sabores; la calle de madrugada al ir a trabajar; la soledad del coche envuelta en los ruidos de la ciudad; y el instante de uno solo en el vagón del tren.

Todos pueden ser lugares para que el silencio de Dios, guardado en nuestro ser, abrase el corazón y nos contagie su bondad.

Isa

Paul Winter Consort- River Run ( 4:02) 

2 comentarios en «SOLITARIO»

  1. En la cocina con sus aromas y sabores…precioso, es uno de mis espacios en el que alabo o hablo a mi Senor, le hablo a mis angeles, a la Virgen…estan conmigo en todo espacio y momento.
    Mil gracias Isa, bendiciones.

  2. Gracias Liliana por tus respuestas. Sabemos que en la cocina se pueden preparar muchas cosas ricas. En ella pensamos en los que comerán y en los que no vendrán a comer. Experimentamos lo que se tarda en hacer un guiso y lo poco que durará cuando vaya a la mesa, si está bueno ¡claro! Y también nos encontramos con el cacharreo sucio, el olor a desperdicios, la grasa en la campana y la frustración cuando se quema algo… Y es que en la cocina se reproduce la vida con sus claroscuros. Un beso

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