La cifra 40 en la mentalidad judía es el tiempo necesario para hacer algo completo.
Nuestra liturgia nos plantea este tiempo de 40 días para convertirnos, para volver a Dios. Los caminos de la conversión son la oración, el ayuno y la solidaridad. En la Biblia encontramos muchas situaciones, que necesitan ese tiempo completo, representado por el número 40.