Si subo al cielo, allí estás Tú;
si bajo al reino de los muertos, estás allí;
si me elevo en alas de la aurora
y me instalo en el confín del mar,
también allí me guía tu mano,
tu diestra me controla.
Sal 139, 8-10
Si subo al cielo,
(si estoy bien, satisfecha con mi vida, a gusto con mi entorno: plena y llena de felicidad),
allí estás Tú;
(cuando estoy en esos momentos negros de la vida, una nube me ciega los ojos y el alma, y el vacío de la soledad me atemoriza), estás allí; si me elevo en las alas de la aurora
(y la belleza me produce una sensación de plenitud y de totalidad desbordante)
y me instalo en el confín del mar
(sintiendo que siempre es y será así, que ningún mal momento ya es posible y la firmeza de mis pasos me mantiene)
también allí me guía tu mano, tu diestra me controla. Isa Cano En este apartado, siguen las manos de Jesús enseñándonos el camino de entrega y de confianza, al mismo tiempo que encontraremos el gran error de las manos humanas. Os propongo una música Spiegel im spiegel de Arvo Pärt (4:04mn) para acompañar este paseo por la biblia: http://www.youtube.com/watch?v=QtFPdBUl7XQ
Un beso