pero la Palabra de nuestro Dios permanece por siempre».
Isaías 10, 8
ADVIENTO: Tiempo de Espera, tiempo de Esperanza.
ADVIENTO: Tiempo de Espera, tiempo de Esperanza.
El sueño es una parte real de nuestra vida y también un deseo por cumplir.
El sueño es un momento para que Dios hable al corazón y para estar con Él sin resistencia.
Isa Cano
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Por eso voy a seducirla, voy a llevarla al desierto y le hablaré al corazón. Oseas 2, 6
Desierto lugar de la escucha, lugar del silencio, del encuentro con la debilidad, con la pobreza de uno mismo.
Desierto lugar fértil en su aridez, lugar de naturaleza escondida, de la vida que lucha por la vida.
Isa Cano
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Venid a mí todos los que estáis cansados y agobiados,
que yo os aliviaré.
Mateo 11, 28
¡Feliz Navidad 2020!
Querida Isa,
Gracias por tu invitación: a orar y precisamente a partir de una palabra, de la Palabra. Invitándonos a orar a partir de una palabra nos invitas también a guardar silencio ante tantas palabras vanas o violentas. Siempre estando en sintonía con el Verbo divino que se hizo palabra humana.
En ese silencio y con estas palabras, recibe un abrazo en la Paz de la Palabra del Reino, que es el silencio de la Palabra de Jesús de Nazaret.
Pedro Casaldáliga
Con la palabra Padre empieza la oración más conocida de los tiempos.
La palabra, Padre, acude a nuestra boca en los momentos difíciles.
Gracias a el Padre, que también es madre, comienza la vida.
El Padre mantiene la existencia y la recoge en su último suspiro.
Música para orar: M. Ritcher- Sleep
Dios, al nacer nos pone nombre. Durante la vida nos llama por nuestro nombre. Y al final lo pronunciará para que al oírlo sepamos dónde ir.
Un verso de Pedro Casaldáliga.
Al final del camino me dirán: ¿Has vivido? ¿has amado?
y yo, sin decir nada, abriré el corazón lleno de nombres.
El nombre de Dios es amor, y con él vivimos felices.
Isa
Una música para orar: Tigran Quintet
Jesús llega
¡Mírale!
Un niño nos ha nacido, un hijo nos ha sido dado, y la soberanía reposará sobre sus hombros.
Y se llamará Admirable Consejero, Dios Poderoso, Padre Eterno, Príncipe de Paz.
Isaías 9, 6
Los seres vivos somos parte de la tierra: en ella nacemos, con ella crecemos y a ella volvemos después del camino de la vida. Por eso, la tierra es el símbolo universal de la madre naturaleza, y todos regresamos a ella como a la casa materna.
«Vuelve a la tierra de tus padres, donde están tus parientes, que yo estaré contigo». Génesis 31, 3
Isa
Una música para acompañar tu lectura: Concierto de piano y orquesta de Ravel
Jesús estuvo preso y vivió la soledad de la injusticia.
Las obras de misericordia nos recuerdan que estamos llamados a ser mano de Dios eficaz y efectiva con todos, en particular con las personas que están en situaciones límites de la vida, y esa práctica nos redimirá a nosotros mismos como cautivos de nuestra propia debilidad.
Isa
Pincha aquí si quieres acompañar tu lectura con música: Befield du deine Wege( J.S. BAch, PAsión de San Mateo)
El vestido protege al ser humano de las inclemencias del tiempo, y además cubre la intimidad de la persona
Esta obra amorosa de vestir al desnudo requiere la capacidad de percibir su desnudez y cubrirla con esmero. El vestido del que nos habla Jesús supone la búsqueda, de manera detallada de la talla del otro, porque no vale cualquier cosa, la buena gente es aquella que además cubre las necesidades del otro con un vestido confeccionado con un tejido adecuado, que no produzca alergia ni picores, y fundamentalmente que le abrigue de verdad.
A veces estamos desnudos ante la vida, desprotegidos, con necesidad de que alguien nos arrope y conforte de las inclemencias de la vida, un buen cristiano está ahí en ese momento, representando al propio Jesús.
Ballaké Sissoko & Vincent Ségal «a benim kahve sesli, ince sızım»
Acoger es un verbo con doble dirección, supone recibir y dejarse invitar.
María supo practicarlo en plenitud. Dios andaba como un peregrino buscando acogida, María abrió su ser y engendró a Jesús.
Jesús promulgó la acogida amorosa al que a la puerta está. Él también suplica nuestra acogida, no porque necesite de nosotros sino porque nos quiere: «Mira que estoy a la puerta y llamo, si me abres, entraré y comeré contigo», así de simple acoger para compartir. Eso es la santidad de Dios.
Isa
«De noche iremos de noche, que para encontrar la fuente, sólo la sed nos alumbra» (San Juan de la Cruz).
El instinto puede ser un camino para saciar la sed en la soledad del ser humano. Pero la mano y la bondad amiga pueden darnos de beber cuando estamos sedientos del amor de Dios.
Isa
Nuestra tierra es rica en alimentos, está preparada para sustentar a todo ser vivo, de cualquier especie, sin embargo hay hambre en el mundo.
Dar de comer es tan humano como el mensaje de Jesús. ¡Qué necesaria es esta obra de misericordia! tan sencilla, pero tan incumplida.
Isa
Alexandre Desplat. La joven de la perla
Cuando una persona está enferma deja de hacer su vida normal. Esta situación es lo que diferencia la enfermedad de la salud. La enfermedad aparta a uno de su actividad, y puede provocar la sensación de inutilidad y soledad. La enfermedad es un recuerdo de nuestra fragilidad.
Estar al lado de la persona enferma es una demostración de amor, es una gran obra de misericordia.
Isa
Poner en manos de Dios la vida es un acto amoroso de fe y esperanza en Él. Rogar a Dios por los vivos y difuntos es querer dejar a Dios el espacio para que actúe allí donde solo puede llegar Él. Esta obra de misericordia enlaza el amor de Dios con la vida en la tierra y en el cielo.
Isa
Dios nos ha hecho defectuosos, y cómo nos cuesta sobrellevarlo… Convivir a diario con el defecto propio y ajeno no es fácil, es una prueba de resistencia, es muestra del amor verdadero.
¡Qué práctica es esta obra de misericordia!
Isa
Adagio for Strings. Samuel Barber
Consolar es aliviar la pena al afligido con la presencia, con la caricia o las buenas palabras. Pero este gesto de amor no evita el daño.
Hay situaciones dolorosas que no tienen vuelta atrás solo el paso del tiempo y la compañía amorosa del otro ayudan a sobrellevarlos.
El consuelo disminuye el dolor porque la pena se comparte.
Epilogue. Kristoffer & Daniel Wurtzel